Mientras Ángel buscaba desesperadamente un hotel quiteño en el que residir, nosotras nos dirigíamos hacia Atuntaqui. El primer sentimiento que nos invadió tras salir de Quito fue…”miedosito”! (como Flanders, porque aquí todo va un poco así). A día de hoy ya estamos acostumbradas, más bien curadas de espanto, pero aquel primer viaje a Atuntaqui fue antológico. Nos preguntamos por qué se molestan en pintar las líneas del suelo, porque para el uso que les dan... Los carriles no están definidos y cada uno adelanta cuando quiere y como quiere. De hecho, se conoce que los dos carriles del suelo son orientativos, porque en muchos casos pasan tres coches a la vez como si nada. Y en los tramos negros de accidentes al menos se dedican a poner conos señalizadores, de forma que no se pueda adelantar, menos mal! Sin embargo lo cierto es que nuestro conductor fue muy amable, Marquitos, nos puso buena música y nos dio conversación.
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